miércoles, 15 de noviembre de 2017

Presentación de “Una película vuelve a casa” de Hernán Lucas, por Leonardo Oyola


Tres libros para hablar de la relación entre la literatura y el cine, tres de mis libros favoritos sobre el tema, son Del caminar sobre el hielo de Werner Herzog, El mono en el remolino de Selva Almada y el que tengo el enorme honor e inmensa alegría de presentar esta noche: Una película vuelve a casa de nuestro querido Hernán Lucas. ¿Puede ser que todavía no le hayamos dado un fuerte aplauso?
Herzog, después de mostrarnos en Aguirre la ira de Dios y antes de develar El misterio de Gaspar Hauser, cuenta sobre una peregrinación que hace con motivo de una promesa; ante una amiga a la que le diagnosticaron una enfermedad terminal. La Fe de este hombre para solamente con su andar torcer lo inevitable es tan inmensa como el Fitzcarraldo que va a filmar una década más tarde.
A Selva la invitan a participar del rodaje de Zama. Pero en lugar de hacer una crónica pormenorizada de las jornadas de filmación, vuelve a conectar con sus raíces, con su historia, con ella misma al ponerse en contacto con todas esas personas a las que les pidieron que fueran otras para el film de Martel; y que después de desmontado el set vuelven a sus hogares ya sin el halo del cine, ya sin el hechizo del séptimo arte… aquellos que le pudieron sentir la magia. Selva lo hace, la captura y la comparte con una naturalidad y una belleza como solo ella puede narrarla.
Y ahí es en donde se suma Hernán: a su manera tan o más loco que Werner Herzog (de hecho otro realizador cinematográfico lo trata de loco y más de una vez); ahí es en donde se suma tan hermoso y particular como esas almas que retrató Selva. Tan Hernán Lucas… como sólo sus lectores y los que lo conocemos y queremos sabremos celebrar y reconocer en estas páginas.
Hernán descubre que -en el edificio en el que vive con su cuchi-muchi, en un departamento igual- se filmó Últimos días de la víctima. Y se le ocurre un acto verdaderamente amoroso: proyectar la película en uno de los lados del edificio, volver a reunir al elenco, realizador y técnicos en ese escenario; y que todos los vecinos compartan esa experiencia.
Una idea genial.
De un loco.
De un tierno.
De un dulce de leche… versus los amargos del consorcio.
Que son los que tienen que aprobar, o no, la proyección.
Hernán, como lo hizo con su libro anterior el de sus crónicas de Aquilea (su librería), escribe un diario íntimo. En el que manifiesta sus frustraciones, sus broncas con sus vecinos, su falta de Fe por momentos y sobre todo cuando vuelve a encender esa llama para poder hacerlo.
Y por una película emblemática del cine nacional, Hernán empieza a vivir y a hacernos ver otra película que transita por varios géneros.
Porque es una película básicamente de amor.
Pero también una comedia de enredos.
Y hasta una de espionaje.
En esta quijoteada; de inesperado Sancho Panza le aparece un arquitecto de apellido Pagoda. Como su tocayo, aquel sirviente fiel y cascarrabias de Gene Hackman en Los Excéntricos Tenembaums. El Pagoda arquitecto también es fiel y cascarrabias; así como la prosa de Hernán tan dandy y exquisita como las películas de Wes Anderson.
Tanto el realizador del Gran Hotel Budapest como mi amigo aquí presente son dos adultos que no han dejado de jugar. Y que se meten en los quilombos más insospechados… en este caso Hernán con tal de lograr un voto positivo con otros miembros del consorcio… siempre sin perder la elegancia.
De las tantas que se manda, porque son muchas -¡MUCHÍSIMAS!- y ya se van a enterar leyéndolo, Hernán Lucas se anota en un gimnasio para averiguar algo raro en dicho establecimiento. Y después de hacer abdominales fichando disimuladamente –ya me imagino lo que habrá sido el disimuladamente de Hernán- fichando bicicletas fijas, levantamientos de pesas y taewkondistas… finalmente repara que adentro del gimnasio están haciendo choripanes. ¡Hernán! ¡Es lo primero que tendrías que haber notado! ¡La parrilla! Encima encendida.
Alicia atravesó el espejo y Hernán una pantalla cinematográfica. Si hasta un conejo aparece en el libro. Volviendo lo ordinario en algo extraordinario.
Laiseca a sus discípulos nos sabía explicar de la importancia de los dibujos animados a la hora de ponernos a contar algo. De poder ver en los personajes y en las historias más allá de los gags. Conmovía hasta las lágrimas el Maestro hablando de Coraje, el perro cobarde. Ese pobre y diminuto can, con cuerpo de chizito y patitas de palitos salados que vaya uno a saber como terminó en esa granja del orto como mascota de esos dos viejos alemanes mala onda. Que encima eran mufa porque sobre que ahí no había nada siempre les caía de todo: zombies, invasiones alienígenas, cocodrilos mutantes, las siete plagas bíblicas, asesinos seriales, lo que se les ocurra… y los viejos jamás se enteraban de nada. Porque ahí estaba Coraje, temblando como una rama (es cierto), pero así y todo parándose de manos para defender a sus muy queridos amos.
“Es noble”, concluía Laiseca, “ese pichicho es noble. Tiene un corazón enorme. Por eso le hace frente a lo que venga”.
Con Hernán, entre tantas alegrías que supimos compartir y que Dios quiera sigamos sumando, tuvimos un ciclo en el que conjugamos tres de nuestros amores: nuestra Función privada de cine, música y literatura.
Yo soy malo para todo lo técnico.
Hernán es peor.
Somos el Hansel de Owen Wilson y el Derek Zoolander de Ben Stiller frente a una computadora.
Pero Hernán le pone garra.
A esas y a las que venga.
El te dice: “Boy George”.
Y se manda.
De ahí a que salga, esa es otra cosa.
Lo que yo valoro y atesoro de él, además de su amistad y cariño y que está en cada página de Una película vuelve a casa, son precisamente como en Coraje el perro cobarde; su corazón… y su nobleza.
Gracias por escribir, locura.
Gracias por todo.

Texto leyó Leo Oyola, el 3 de noviembre en el Club Nivangio, para presentar la la novela de Hernán Lucas, “Una película vuelve a casa”, Paisanita Editora, 2017.

De la amistad en la presentación de un libro, por María Insúa

Ilustración: foto de un dibujo de Jovana de Ovaldía
El sello Paisanita Editora presentó la novela Una película vuelve a casa, de Hernán Lucas. Una desmesura. Publicar libros puede ser una de las acciones más antieconómicas que se vean en 2017. La obstinación de llenar los espacios de libros en una época en que se los vacía de a montones en bolsas reutilizables para compras en el chino, no es confiable. En tal candidez, sin embargo, hubo una prudencia, se eligió un bar con paredes móviles. A medida que entraban los amigos, las paredes cedían y así al lugar lo sostuvo la gente. Otro acierto, que salió de casualidad, fue que nadie llevara armas de fuego con la intención de batirse a duelo ante una discusión literaria o, peor todavía, por un premio que dejó un rencor. Cuando los amigos se entretenían a puras palabras, el Tigre Oyola agradeció la presencia y pidió un aplauso para Hernán. Ahí apareció la conmoción, porque el Tigre desató un discurso amoroso. Entrevió en la novela una crónica y la puso a conversar con otras. Si hasta tuvo la nobleza de darle lugar al maestro Lai. Como el Tigre nunca miente y lo justo es justo dejó el crédito de su lectura en la ocurrencia de Hernán, es el personaje de la novela quien hace un acto amoroso. La amistad entre los escritores no conoce límites por eso ahí nomás el Tigre le botoneó, “Hernán sos un dulce de leche”. Se montó un escenario que incluía micrófono y una perrita de peluche, sacaron las ventanas y los gurises entraron a zancadas. A estas alturas cabe la impresión que tuvo Herzog mientras caminaba sobre el hielo para salvar a una amiga de la muerte: “No hay armonía en el universo, tenemos que acostumbrarnos a esa idea”. La noche tentaba a la confesión y Hernán Lucas sucumbió. Contó sobre un proyecto que idearon con su amigo Marcos Martinez a la edad de diez años. Consistía en tender un hilo-tanza, a cuyos extremos ataron unas latas, entre sus departamentos en las torres Catalinas Sur, para hablar por ese medio. No pudieron. La evidencia muestra que nadie los advirtió, para esa empresa se usa hilo sisal. Si bien Herzog no ve armonía en el universo, es cierto que sí la hay en los fracasos. Del intento fallido de comunicarse entre las torres, esos niños, descubrieron que con cámaras, pantallas y escritura mejoraban sus proyectos. Así lograron con felicidad los documentales Edificios, Cámara fría, la escritura y las fotos de Una película vuelve a casa. Esa novela con que Hernán entró, un día de lluvia, al lugar donde trabaja Gabi Luzzi (las probabilidades dicen que alguno de los dos patinó en el piso de mármol); estiraron las manos y quedaron agarrados a la carpeta, luego, alguno la soltó. Escucharon voces que estallaban en la calle. Era el NiUnaMenos de octubre de 2016. Tomaron prestados unos paraguas abiertos que se secaban al lado de la puerta y se fueron a la marcha.

Maria Insua, cronista invitada por Paisanita Editora

martes, 14 de noviembre de 2017

Presentación de la novela FOTOCOPIA de Facu Soto





Lxs esperamos el viernes 24 de noviembre en Casa Doblas (Doblas 381) para brindar y bailar con música y poesía.

Están todxs invitadxs.

Pueden confirmar asistencia en el evento:
https://www.facebook.com/events/226689561200515/

viernes, 10 de noviembre de 2017

LA PRIMERA PIEDRA "Una película vuelve a casa" de Hernán Lucas

Gustavo Yuste leyó "Una película vuelve a casa" la novela de Hernán Lucas, para la revista digital La Primera Piedra. Estamos agradecidxs.

Pueden leerla más abajo, o ingresando en el siguiente enlace: link: http://www.laprimerapiedra.com.ar/2017/11/una-pelicula-vuelve-casa-hernan-lucas/


RESEÑAS CAPRICHOSAS – “UNA PELÍCULA VUELVE A CASA” DE HERNÁN LUCAS: LAS TORRES DE LA IDENTIDAD

Escrito por Gustavo Yuste 9 noviembre, 2017

La breve novela Una película vuelve a casa (Paisanita Editora, 2017) de Hernán Lucas narra las intimidades que se esconden detrás de unas torres de departamentos que, a simple vista, pueden parecer frías e impersonales. Sin embargo, la fluidez del estilo del autor logra que los sucesos vayan rompiendo el hormigón y el cemento para poder ver qué es lo que anida en los monoambientes mentales de cada uno. Con un proyecto artístico como excusa, los vecinos abandonan el anonimato propio de los edificios.


Sobre el autor

Hernán Lucas nació en Buenos Aires en 1974. Publicó: Un tapado de arena (Alción, 2005), Prosa del cedido por el oro (Paradiso, 2007) y Aquilea. Crónicas de una librería (Bajo la luna, 2013). En 2012 el Fondo Nacional de las Artes le otorgó la Beca Nacional de Creación Literaria. Es licenciado en Artes por la Universidad de Buenos Aires.

Las torres de la identidad

¿Qué relación se tiene en los grandes centros urbanos con los lugares donde se habita? A diferencia de una casa, los edificios parecen ser el terreno perfecto para lo impersonal, pero el libro Una película vuelve a casa (Paisanita Editora, 2017) de Hernán Lucas muestra todo lo contrario. En este caso, un proyecto artístico sirve para que los anonimatos de cada departamento se empiecen a romper.
El protagonista de la historia, que tiene una importante pata apoyada en los datos biográficos del propio autor, toma un rol importante dentro del consejo de administración del lugar donde vive: dos torres donde se filmó la película Últimos días de la víctima, de Rodolfo Aristarain. Tratando de llevar a cabo su plan -que se proyecte el film sobre la fachada de una de las torres para la comunidad de vecinos que vive en ambos edificios- el narrador se mete en un terreno tan desconocido como familiar: la vida de los copropietarios.



A medida que avanza el relato, que demuestra que las raíces de las personas con los lugares que habitan son más profundas que lo que la vorágine actual de las grandes ciudades aparenta, los prejuicios y las actitudes de los distintos miembros del consorcio van mutando a medida que el trato humano crece. En ese sentido, la figura de un arquitecto jubilado que se hace compinche del protagonista es uno de los atractivos de esta novela, dando a entender que -al igual que la película sobre la fachada de un edificio- uno puede verse proyectado en los lugares más inesperados.
Haciendo hincapié en pequeño detalles de la vida cotidiana y, al mismo tiempo, en los grandes sucesos inesperados que alteran el orden diario -plagas de cucarachas, roedores, filtraciones y, como si fuera poco, muertes de vecinos- la historia se va desenvolviendo con naturalidad y calidez, atrapando al lector en su trama que refleja algo tan común del ámbito metropolitano: la intimidad con extraños que se da con los vecinos.
Después de todo, las torres de la identidad no se construyen de un día para el otro y, mucho menos, de manera solitaria. Una película vuelve a casa refleja eso mediante una historia entretenida y atrapante con recursos que interpelan al lector no solo en la identificación con los sucesos del libros, sino también por la emotividad que, igual que la humedad, se filtra aunque no le estemos prestando atención.

jueves, 5 de octubre de 2017

UNA PELÍCULA VUELVE A CASA de Hernán Lucas



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En esta novela, Hernán Lucas, nos acerca a la obsesión por el cine argentino y los documentales, a partir de la mudanza del protagonista a un departamento donde filmaron Últimos días de la víctima. 
Narra la vida de un personaje que va descubriendo, en lo frecuente y banal, nuevas maneras de encubrirse como un espía en territorio enemigo.

Sin una gota de escepticismo, pero con ironía y un tono cargado por el encanto de la elegancia, embiste contra la frialdad administrativa (o tiránica) de las reuniones de consorcio. 


Para esto tiene que vestir su lenguaje con las palabras que los demás integrantes del consorcio esperan, pero esas palabras trasmiten ideas disidentes. Para Hernán Lucas el complejo de torres donde se ubica la novela, podría convertirse en una verdadera comunidad a través de la celebración del arte.

Responsables de esta belleza:
★ Autor: Hernán Lucas
★ Fotografía de tapa, detalles y autor: Marcos Martinez
★ Arte: Mambo Pablo Rivas

viernes, 15 de septiembre de 2017

LA PRIMERA PIEDRA - FOTOCOPIA de Facu Soto

Gracias a Gustavo Yuste y a la hermosa revista La Primera Piedra por los comentarios de FOTOCOPIA, de Facu Soto.
Pueden leerla en el siguiente link: http://www.laprimerapiedra.com.ar/2017/09/resenas-caprichosas-fotocopia-facu-soto/


RESEÑAS CAPRICHOSAS – “FOTOCOPIA” DE FACU SOTO: LAS NUEVAS FAMILIAS Y LOS MISMOS SENTIMIENTOS

Escrito por Gustavo Yuste 15 septiembre, 2017

La novela Fotocopia (Paisanita, 2017) de Facu Soto muestra en primera persona cómo el concepto de familia y sus vínculos se van aggiornando al siglo XXI, muchas veces a pesar de los propios protagonistas. Un padre homosexual y una hija que empieza a transitar la adolescencia narran, cada uno a su modo, cómo es construir y reconstruir una relación afectiva a pesar de los prejuicios sociales y las historias personales.



Sobre el autor 12666272_10153950663014044_1475472033_n

Facu Soto (Rodolfo Facundo Soto) nació el 30 de marzo de 1972 en Buenos Aires. Es escritor, periodista y  psicólogo. Fue jugador de fútbol en Los Dogos. Lleva editados varios libros en distintos géneros, donde escribe sobre la sexualidad, sobre la búsqueda, sobre los encuentros. Algunos de los últimos, por citar algunos, son El club de la paja (Eloísa Cartonera, 2016), El brillo de tus braquets (27 pulquis, 2016) y El cielo en la mesa (Subpoesía, 2016).

Las nuevas familias y los mismos sentimientos

Luca Prodan ya decía que el tiempo pasa y nos vamos volviendo tecknos, pero en el medio todavía quedan los mismos sentimientos tratando de reacomodarse a los cambios que la sociedad y las nuevas formas de pensar van acometiendo. En ese sentido, Fotocopia (Paisanita, 2017) de Facu Soto se encarga de hacer foco en la relación entre un padre homosexual y una hija que empieza a transitar la turbulenta adolescencia. Este dúo disparejo, que toma recursos de la ficción y la autobiografía, seduce al lector de entrada.
A partir de los testimonios intercalados de ambos protagonistas, la novela muestra ambos puntos de vista, pudiendo el lector ver los lugares de contacto y las zonas ásperas entre un adulto que se anima a vivir su sexualidad libremente y una hija que tiene nuevas piezas para agregar a un rompecabezas que no está completo y quizás nunca llegue a estarlo, solo que no lo sabe. El autor, con malicia y habilidad, a veces juega con los límites y no es simple distinguir quién es quién. Eso, lejos de ser una dificultad, agrega encanto a la historia.


cosas que si se ve todo en la dirección contraria. De esa manera, la revolución personal ya no es vivida por un adolescente, sino por alguien que ya atravesó ese sismo en miniatura hace rato. Tratando de no hacer una fotocopia de los errores que los antepasados cometieron, la historia gana en profundidad y emotividad.
Con momentos de drama y otros de diversión, muchas veces mezclados entre sí, la agilidad de Fotocopia hace que el lector caiga en la trampa propuesta por el autor: atraer mediante lo falsamente simple a  tomar un cóctel cargado de sentimientos. Esta novela, la tercera de Facu Soto, tiene grandes hallazgos, entre los que cabe destacar el apelar a la empatía de un lector que no necesita ser padre, hijo o vivir una crisis personal, pero que sin lugar a dudas también debe estar batallando para ver cómo reacomodar sus sentimientos a una vida que no está hecha para tener paciencia.

lunes, 4 de septiembre de 2017

FOTOCOPIA de Facu Soto en Boquitaspintadas

Gracias a Boquitas pinadas de La Nación por esta hermosa nota sobre FOTOCOPIA, la novela de Facu Soto.Pueden leerla también en el siguiente link: http://blogs.lanacion.com.ar/boquitas-pintadas/arte-y-cultura/fotocopias-un-libro-de-relatos-apto-para-padres-e-hijos-gays-y-no-gays/


Fotocopia, un libro de relatos apto para padres e hijos (gays y no gays)


Fotocopia, la nueva novela de Facu Soto, por Paisanita Editora. Carrera prolífica la de Soto, con 20 libros en apenas 6 años de producción literaria. Esta vez se trata de un texto que reúne dos diálogos, en un total de 139 páginas, que pueden ser leídos por padres, hijos, gay y no gay, porque la trama trabajaba el tema de las relaciones, la no aceptación de los padres por parte de los hijos, la vida artística de ellos, lo que se puede dejar de lado y lo que no, entre otros tópicos. Sin excesos, superponiendo en forma ordenada, los intentos del padre por solidificar una relación que no es aceptada por parte de su hija, estos personajes nos hablan de la comunicación y de lo que hay detrás de lo que no se ve (el padre del protagonista y la mamá de la nena, que aparece tan ausente como presente, de manera elíptica).

Con un estilo pop, a lo Manuel Puig, el narrador desaparece de la literatura para darle lugar a los verdaderos protagonistas de esta historia, tan real como conmovedora.
Este es un diálogo de Boquitas pintadas con el autor.  
- ¿Qué leías en el momento de escribir el libro?
- Aunque no lo creas, tengo muy separada mi vida literaria de la vida familiar o personal, por decirlo de alguna manera… Hay gente que se cree todo lo que escribo y está bien. Pero en la medida en que uno escribe ya es ficción. Estaba leyendo, en realidad releyendo, unos de mis libros favoritos La traición de Rita Hayward. También, Heroína de Tomasz Piatek, los cuentos de Mariana Enríquez, Dani Umpi, no sé, las escribí hace un par de años, más no me acuerdo.
- ¿Qué cosas creés que tenés de Puig o al menos se ponen en evidencia en este libro?
- Bueno, me gusta Puig  no sé, tenemos eso  de describir lo contemporáneo, una prosa bastante de pop (salvando las distancias de lo magistral que es Puig y mi obra). Me encanta el ambiente que crea. Las palabras que usa… Nos diferenciamos, quizás, en que él retrata a la perfección el universo femenino. Yo no lo conozco tanto y me angustia bastante. Entonces, en vez de focalizarme en una ama de casa que cose al crochet me focalizo en chicos que juegan al fútbol o en un desarrollador de software o en un chico que lava el auto los domingos en la vereda de su casa, que es el universo que conozco y el que me interesa.
- ¿De qué habla Fotocopia?
- Este libro son dos diálogos, el de una nena y el papá gay. La nena no acepta al freeky de su papá y el papá hace lo posible para recuperar su amor, pero tampoco deja su vida por eso; porque en algún punto no pierde el equilibrio, o sí; no se sabe. Los diálogos del papá, a medida que avanza el libro, son cada vez más largos y los de la nena van desapareciendo hasta que queda una solo línea… Después el papá le dice, no importa, te acepto como sos, acepto como se dieron las cosas. Quiero que sepas, como dice Charly, que si te sentís mal o sola, yo voy a estar pensando en vos…En Fotocopia hay un giro, en el medio del libro, donde se deshace el nudo y se entiende por qué el libro se llama así, y ahí el protagonista entiende, de alguna manera, por qué su hija se comporta de esa manera… Los hijos somos los síntomas, los emergentes de los errores de nuestros padres… Digamos que mira para atrás y se da cuenta de que él tiene algo que ver en ese rechazo… Ve su relación con su propio padre y algo se esclarece. Eso, es muy psicoanalítico, muy Puig… Lo que no comparto con Puig es el ambiente de pueblo, de los chismes que circulan e invaden la atmósfera del pueblo. Mis personajes son súper urbanos…
Facundo Soto
- En Fotocopia los diálogos funcionan como algo orgánico. No hay otra cosa más que diálogos…
- La mirada microscópica… Sí, yo en una época quería escribir un libro pensando que cada capítulo fuera la parte del cuerpo de una persona. Describir el perfil de la cara en el capítulo uno que correspondía a la cara, etc. Pero era una locura hacer eso, y deseché la idea porque no se entendía nada. Influenciado un poco por La traición de Rita Hayward, tengo la primera edición, la de Jorge Álvarez Editores, a quien pude entrevistar para Soy. Me acuerdo que yo estaba re contento cuando lo iba a ver al geriátrico. Decía, no puede ser que esté hablando con el hombre que descubrió a Puig, a Spinetta, a Charly, que publicó a Piglia, a Viñas… El tipo pedía cocaína para dar notas o los puteaba a los periodistas pero conmigo fue buena onda. Le llevé mi último libro mío y croissants…  En primer plano está la oralidad, pero escrita; esos juegos me gustan. En los diálogos se puede leer la forma que cada uno tiene de escuchar. O sea que no es algo copiado tal cual de la realidad, porque la voz de la nena está pasada, filtrada, transformada, interpretada, recortada, por el autor. Por eso el arte no es copia fidedigna de la realidad. No es una foto. En este caso sería una fotocopia. En Fotocopia, encadeno los acontecimientos para llegar a un final. Mientras tanto hay pequeños juegos que un lector avispado los descubre, y es ahí donde se produce ese insight que tanto me gusta, como lector y como escritor. Me gusta producir efectos en el lector. Ese efecto de sorpresa me parece genial, porque cuando a mí me pasa como lector me encanta.
- ¿Y en el caso de Fotocopia?
- En el caso de Fotocopia en la primera parte hablo de Lucy y, en la segunda, de Lucía. En la primera del desencuentro y en la segunda de aceptar las cosas después de haber descubierto el nudo, la fotocopia, la no aceptación del padre, por parte del padre; y ahí se lee que la historia se repite. En la segunda parte hay más diálogo sobre la nueva relación del papá, que deja las puertas abiertas para que la nena, devenida adolescente, vuelva cuando quiera, las puertas siempre van a estar abiertas, le dice; aunque sabe que la está perdiendo o ya la perdió. Es un texto sobre la pérdida, la falta; pero no desde la nostalgia, el lamento, sino desde la aceptación. Creo que la aceptación es una de las claves para vivir en paz y buscar la felicidad, que, en definitiva, es lo que persiguen estos dos personajes, cada uno por su lado.

martes, 29 de agosto de 2017

Bases del 2° Concurso de Narrativa Bernardo Kordon


EDITORIAL CONEJOS Y PAISANITA EDITORA CONVOCAN AL 
2° CONCURSO DE NARRATIVA BERNARDO KORDON

BASES


1) Podrán participar escritorxs que residan en el territorio argentino. Las obras deberán ser originales e inéditas y  no deben estar pendientes de fallo en ningún otro concurso, ni comprometida su publicación con otras editoriales. El tema será libre y la presentación debe hacerse mediante seudónimo. Pueden optar por concursar con un libro de cuentos o con una novela.
Las dos obras que resulten ganadoras serán publicadas por las editoriales convocantes del concurso. En ambos casos, se firmará un contrato de edición y lxs autorxs cobrarán sus regalías, en los plazos establecidos usualmente.


2) Los trabajos deberán estar escritos en idioma español, en papel tamaño A4, letra Arial, tamaño 12, a doble espacio, de un solo lado de la hoja y con una extensión máxima de 100 (cien) páginas. Se podrá concursar con una sola obra.
Se presentará un solo ejemplar prolijamente anillado y llevará en su tapa: Título de la obra y seudónimo. Los datos completos (nombre, nacionalidad, documento de identidad, domicilio, C.P., teléfonos y mail) serán entregados en un sobre cerrado en cuyo frente se escribirán los mismos datos que figuran en el anillado presentado. Es decir: título de la obra y seudónimo. Las editoriales convocantes estiman conveniente que al presentarse al concurso inscriban la obra a concursar en la Dirección Nacional del Derecho de Autor.


3) Las obras se presentarán personalmente o por correo en La Coop Librería ubicada en Bulnes N° 640, CP C1176ABL, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desde el 1° de septiembre de 2017 hasta el 1°de noviembre de 2017, inclusive, de lunes a viernes en el horario de 15 a 20 hs.


4) Se otorgarán dos premios de la misma jerarquía. El premio consiste en la edición de las obras. Uno de los libros premiados se publicará por Paisanita Editora y el otro por Editorial Conejos.


5) El Jurado se dará a conocer junto con su decisión. Su fallo será inapelable. El concurso podrá declararse desierto.


6) La participación en esta convocatoria implica la aceptación de sus bases y del fallo del Jurado. No se devolverán los originales recibidos. Paisanita Editora y Editorial Conejos se reservan el derecho de hacer ofertas de edición a algunas de las obras que no hayan sido premiadas.


jueves, 17 de agosto de 2017

Invitación al ciclo En un Bosque de la China de La Coop



Queridxs amigxs, lxs invitamos a la inauguración del Ciclo En un Bosque de la China, de  La Coop.
Literatura al alcance de lectorxs, perdidxs, administradorxs de lo divino, defensorxs del tiempo, agentes de control y de caos, extraterrestres y cavernicolas.
¡Lxs esperamos a todxs!

jueves, 10 de agosto de 2017

FOTOCOPIA de Facu Soto



"Mi papi un día me chupó. Yo era re chiquita y jugábamos
a ser Pongo, el perro de la peli. Jugábamos en la cama y
mi papá ladraba como un perro y cuando me agarraba me 
pasaba la lengua por la cara. Yo no lo podía agarrar nunca a
papi, porque caminaba en cuatro patas en la cama, re rápido.
Decía que le picaban las pulgas y que me las iba a contagiar.

Y cuando yo lo agarraba se tapaba todo con la frazada. Qué
estúpido. Y me pasaba la lengua por la cara y ladrando".




Fragmento de FOTOCOPIA, de Facu Soto, Paisanita Editora, 2017.

Fotografía: Aldana Antoni

miércoles, 19 de abril de 2017

FOTOCOPIA de Facu Soto



◄ FOTOCOPIA de Facu Soto ►
Fotocopia, la hermosa novela donde Facu Soto, sorprende con el devenir de la relación entre un padre gay y su hija.
Con un estilo pop, dejándole lugar a la ternura y la ironía, los protagonistas se apropian del relato, y el acontecer de sus narraciones transforma a esta historia en un exponente de la literatura en la que la presencia del narrador ha desaparecido.
La maestría de Soto para construir la voz y los clisés expresivos de sus personajes, se une a la solidez y libertad con la que se revelan sus emociones.

Responsables de esta belleza:

★ Autor: Rodolfo Facundo Soto

★ Fotografía de tapa, detalles y autor: Alda Subpoesía Antoni

★ Arte: Mambo Pablo Rivas
 — con Mambo Pablo RivasRodolfo Facundo SotoPaisanita Ed y Alda Subpoesía.