jueves, 31 de diciembre de 2015

HAY GENTE QUE NO SABE LO QUE HACE de Alejandra Zina

◄ HAY GENTE QUE NO SABE LO QUE HACE 

7 relatos de 

Alejandra Zina 


Tapa: Noelia Monópoli

Diseño de colección: Pablo Rivas ::Mambo::
Próximamente en Paisanita Editora.

martes, 1 de diciembre de 2015

MINCATURA

Renso Gomez leyó Otaku de Paula Brecciaroli y escribió una hermosa reseña para Mincatura.
http://mincatura.blogspot.com.ar/2015/11/la-ausencia-y-su-forma-por-renso-gomez.html?spref=fb


El sonido de la ausencia






Otaku es la novela de Paula Brecciaroli donde nos muestra la vida de Gastón a partir de su cumpleaños número 40.
Gastón es Otaku, acaso el primer representante de una cultura que llegó con fervor a Buenos Aires, empujado por la globalización de este postmodernismo tardío que pone en vilo a toda una cultura regida por las falencias del mundo occidental, que entiende al otro y lo percibe de manera peyorativa.


De igual manera en que lo hace Kandinsky cuando analiza la física del color, encontraremos en la novela el tono correspondiente a los estados de ánimo del protagonista, a ese estado de ánimo que solo puede explicarse a través de la sensación de ausencia que el color negro trae consigo. Y será la ausencia misma de Gastón, quién intentará, desde su fuero interno, comprender cómo es que el pasado, junto a sus emociones presentes, emergen desde la oscuridad total de su cuarto en un departamento citadino donde se gana la vida ayudando a su padre plomero.

La autora muestra, con una prosa ágil y ese ya clásico sello Paisano de prolijidad absoluta,  cómo la representación exterior nos permite comprender el mundo a través de nuestros sentidos para crear emociones o colores que nos llevarán hacia nuevos estados emocionales. Hacia nuevas obsesiones.  Es así que Gastón, al verse implicado de manera indirecta sobre un conflicto, despertará su necesidad obsesiva de transgresión para volver a ser aquello que brilló fuerte en un pasado.

La unión familiar, es decir, el reencuentro con su madre, que si bien lo acepta de mala gana, servirá para acercarse a su hermana, una vez que el padre le muestre que realmente está solo a través de su nuevo estado de felicidad.

La novela se construye a través de binomios dicotómicos que harán oscilar al personaje dentro de una constante discordancia entre la cultura que siente propia y la edad que vive.

“Estos pibes se creen Otakus”, Dice Gastón y en aquélla reflexión ensimismada encontramos la fuerza necesaria para hacer que los colores, gracias al gusto de la emoción, transmuten hacia otros tonos, inclinándose hacia ese amarillo fuerte, qué expande y pide a gritos moverse de aquí para allá.

Gastón entiende sus sentimientos y percibe su realidad de la misma manera que lo hace con los caños que arregla. Con las tuberías que destapa. Siempre guiado por la urgencia. Y de esa manera se deslizará la certeza de que es imposible reconstruir un pasado más que en las emociones venideras, en la felicidad futura que propone un presente lleno de ausencias. 

Título: Otaku
Autor: Paula Brecciaroli
Páginas: 84
Editorial: Paisanita Editora
Año: 2015

sábado, 21 de noviembre de 2015

lunes, 9 de noviembre de 2015

OTAKU de Paula Brecciaroli - Invitación

Paisanita editora
invita a la presentación de 

◄ OTAKU ►
una novela de
Paula BRECCIAROLI

Nos acompañarán
Gabriela Borrelli Azara
Patricio Land
Hiroshimadandys
Leonardo Oyola 


sábado 14/11
a las 19:30 en Borges 2107.

viernes, 6 de noviembre de 2015

MINCATURA

Renso Gómez, reseñó BENGALAS de Enrique Decarli para la revista MINCATURA, una nueva publicación virtual especializada en reseñas literarias.

Muchas gracias Renso! y felicitaciones por MINCATURA!

Acá les dejamos el link de su reseña, que copiamos más abajo:
http://mincatura.blogspot.com.ar/2015/10/las-ideas-estan-formadas-por-unidades.html?spref=fb


Bengalas (Paisanita editora, 2014)



Las ideas están formadas por unidades mínimas de partículas y es por ello que cada parte está signada a un sinfín de variables. Del mismo modo que en una muñeca rusa, las ideas se pliegan sobre sí mismas y comprender su mecanismo nos permitirá una sucesión infinita de universos posibles.

por: Renso Gómez

Bengalas es el cuarto libro de cuentos de Enrique Decarli.  Aquí el argumento en ocasiones irrumpe, muta o simplemente se pierde, pero no por ello los personajes se molestan ante el cambio. Avanzan según el relato, guiados por todo lo que el la narración calla, una vez que desaparece dentro de las variables que surgen gracias a la prosa impecable del autor.

“Los despojados” comienza así:“Nadie bajó conmigo en la estación. El subte cerró las puertas y arrancó en dirección a Lavalle.” Enrique Decarli propone en este cuento una imagen simple, una idea eficaz, pero no por ello menos compleja. El protagonista nota que está solo y gracias a esa primera observación el argumento comienza a desplegarse en diferentes variables que harán entender al personaje que lo observable está siempre ahí, esperando a quien lo mire.

El libro comienza con la frase de Andrés Rivera que dice: “si se crean fantasmas, será obligatorio creer en ellos”. El autor anticipa con esta frase la posibilidad de encontrar líneas argumentales como fantasmas, que primero modificarán la estructura narrativa inicial y luego la transformarán a través de la emoción y la sencillez de los personajes.

“El único sonido provenía (sinfín) desde más allá de una arcada. Salté en mi pie izquierdo hasta una escalera mecánica y, simplemente, me dejé llevar. En el pasillo me senté en el suelo, descansé un rato contra la pared y quizás me adormecí. De pronto la estación había enmudecido y alguien a mi derecha tosió como a propósito. Abrí los ojos. Era un linyera más o menos de mi edad. Me levanté de un salto, y desde esta nueva perspectiva, entendí por qué, de repente, tanto silencio. La escalera mecánica no funcionaba. Pero no es que se había detenido. Ya no estaba, no estaba más.”

  “El Negro Vila era, además de negro, narigón. Tan negro y tan narigón que casi presumía. Por eso cuando lo conocí le agarré bronca. Al poco tiempo nos hicimos amigos y me presentó a su familia. Lo primero que noté fue que ninguno era negro. Ninguno era narigón en la familia Vila. Adoptado de acá a Luján, pensé. Y me dio lástima, pobre Negro. Negro, narigón y adoptado.”

En “El Negro Vila” observamos cómo el hilo argumentativo (y los elementos que de él se desprenden) puede guiarse directamente por la psicología de los personajes. Dentro de una agobiante noche de estudios el autor recrea un encuentro entre dos amigos donde la resolución del conflicto quedará signada a comprender el juego de imágenes que desde la profundidad del Negro Vila aparecerán de manera sencilla e inverosímil.

Las ideas, una vez conformadas, son naturalizadas para concurrir a ellas cada vez que la forma lo requiera. Y por ello quedan en la memoria con la nostalgia de alguien que viaja cada vez que las recuerda. “Reencuentro” es el décimo cuento del libro. Esta vez nos enfrentamos a la sensación que genera la extrañeza de enfrentar dos ideas como imágenes contrapuestas, signadas a un pasado y a una persona que no podemos reconocer ni siquiera en los amigos. Ni siquiera en uno mismo.
Las ideas como partículas toman su forma original dentro del cuento “Cuatro tapas y manijas amarillas” donde el autor dice de ellas: “Por eso a veces tengo miedo. Miedo de que un día me delaten. Supe de rivalidades. De noviazgos. De roturas y separaciones de cables que terminaron en cortocircuito. Por el momento nunca escuché hablar mal de mí. Pero hay días en que me siento amenazado. Observado por mil filamentos incandescentes dispuestos a electrocutarme. Por el cucú, que sale a cantar cuando quiere. La cerradura, en el seno de su combinación, tiene el poder de encerrarme hasta que muera, solo, hambriento. Igual pienso. Pienso y espero. Nada de eso va a pasar mientras no deje de llamar a Miguel.”

Retomando la frase de Andrés Rivera, Enrique Decarli crea un fantasma que se apropiará de todos los elementos que en el relato se hayan desarrollado, y de esa manera, lo narrado irá explorando variables y explotando sus formas como bengalas en manos de un poseído.

Bengalas, Enrique Decarli.
Paisanita Editora 2014. 72 páginas.










miércoles, 7 de octubre de 2015

Radio Montaje - FM La Tribu

El 5 de octubre participamos del programa "RadioMontaje" conducido por Jorge Freytag y Martin Carrizo, compartiendo la columna de Fedra Spinelli.
Gracias por invitarnos!
Les dejamos el link con el audio. Arrancamos en el minuto 53, pero no dejen de escuchar todo este maravilloso programa dedicado a lo mejor del jazz.

http://jorgefreytago915.podomatic.com/entry/2015-10-06T14_30_26-07_00

Revista Ñ


Daniel Gigena reseñó LA SERIE NEGRA de Washington Cucuto para la Revista Ñ de fecha 3 de octubre de 2015.
Gracias Daniel por tu sensibilidad y encanto! 
Narrativa argentina. Catástrofes que toman por sorpresa a sus personajes enmarcan los relatos de "La serie negra" de Washington Cucurto.


lunes, 21 de septiembre de 2015

SOLO TEMPESTAD

Anita V. Catania, comenta su experiencia de lectura de BENGALAS, doce cuentos de Enrique Decarli para la revista Solo Tempestad
Gracias queridxs amigxs!
El link y más abajo un adelanto de la nota:


Reseña #91- Al borde del estallido


tempestadsemana-4


Por Ana V. Catania
El día que conocí a Enrique Decarli tuve el atrevimiento de decirle que no era amiga de lo breve. Estábamos reunidos en el departamento de Ariel Bermani, al sur de la ciudad, en el marco de su taller de lectura donde, ese martes, íbamos a comentar en grupo el libro de cuentos Bengalas. Esa vez contábamos con la presencia del autor. In situ. Enrique estaría presente en nuestro debate sobre el libro. Conversaríamos con él; intercambiaríamos opiniones, ideas, miradas sobre la misma materia. Lo llenaríamos de preguntas, entre mates, tés, y galletitas.
Minutos después de decir eso, agregué: y sin embargo, estos cuentos no podrían tener otra extensión. Cité, entonces, a Felisberto Hernández: el clima, la música, el manejo de los espacios, el extrañamiento, las pequeñas explosiones de sus cuentos, los destellos de esperanza en personajes que parecen desesperanzados. Fue a continuación de que una compañera del grupo propusiera encender una luz. “Nadie encendía las lámparas”, escuché recitar a Enrique; en su voz baja había un tono de admiración y homenaje. Y me alegré con esta fantástica sincronicidad. Porque en los cuentos de Bengalas yo oí a Felisberto Hernández.
Traté de explicar, quizás torpemente, por qué no soy amiga de lo breve: me siento más cómoda (como lectora y escritora) en la progresión, en la lentitud, en la posibilidad de dar tiempo a que el lector se acomode, a que genere empatía con los personajes; juego el juego de aplazar la acción. Y, a pesar de esto, envidio enormemente la capacidad de economía, la precisión, la dosis calculada de poesía, la maestría que tienen las plumas breves. Intentaré traspolarlo al cine; pienso, ahora, en un cortometraje sublime: Le Ballon Rouge (Albert Lamorisse, 1956). En este film, el espectador es lanzado, sin preliminares, a la historia: la de un niño con un gran globo rojo que viene a imponerse; que desajusta la rutina de un barrio de París, los vínculos entre los niños, y entre éstos y los adultos. La rareza, lo que incomoda, hipnotiza o fascina, ya está dada. Lo fantástico se naturaliza y se acomoda al paisaje; no se insinúa ni dialoga con la narración: está arrojado desde el vamos.
Con los cuentos de Bengalas sucede lo mismo. Los personajes se encuentran arrojados a situaciones que podrían resultarles ajenas, extrañas. Por momentos, absurdas. Y sin embargo, no las cuestionan; se sumergen en ese universo que, sin saberlo aún, los modificará de una manera u otra. Por supuesto esto queda por fuera del relato; y es así como debe ser. No se ahonda en el misterio, no se explica o se responde. Simplemente se lo muestra, se lo abre, en su dimensión vaporosa, sutil e inmediata. El abogado del primer cuento, “Los Despojados”, descubre un mundo subterráneo, oculto a la vista de todo el mundo, en una estación de subte de la línea C; una dimensión que lo obliga, por ¿segundos? ¿minutos? ¿horas? ¿una vida entera?, a mirar la realidad con otros ojos: “Entonces me pidió que volviera a mirar. Que por favor mirara bien. Que por un segundo me olvidara del mundo de arriba”. 
Sanlugón, en el relato homónimo, renuncia a su trabajo de oficina, su trabajo de toda la vida, porque padece una enfermedad hereditaria que lo encoge silenciosa y progresivamente; su colega interlocutor no se asombra, no emite juicio ni entra en pánico. Es cómplice de este pequeño y ridículo drama: “Tuvo la delicadeza de dejar el trabajo de día. El sentido del humor de firmar una renuncia. Me dio un abrazo. Abrió la puerta y salió. Me demoré un minuto y salí tras él. No estaba. Fantaseé con la idea de que en el tramo hasta el ascensor había terminado de encogerse”.
En “Algo más importante que instantes o tropiezos” (y ya hay una historia condensada en este título, que proviene de una cita de Angélica Gorodischer), el narrador acompaña la historia de su mejor amigo de la infancia y la adolescencia, el Rafa. Y justo ahora, pasados los treinta, tiene un destello, un asomo de verdad, una epifanía, sobre quién es, verdaderamente, su amigo: ese que “no aprendió a vivir”, que “no se amolda”. Lo deberá buscar siempre en los márgenes, en el terreno baldío a la vuelta de su casa, colonizado por cañas y hormigas, donde él, el narrador, es un extranjero; lo encontrará, acaso, en la frontera con ese otro mundo: “Pero yo sé que un día voy a ir a buscarlo a la casa y el sueño va a ser real. La madre se asoma por la ventana. A la vuelta, dice, a la vuelta. La voz del Rafa llega desde el fondo del cañaveral. Como en trance, llega, por lo lenta. Y como poseída, por lo grave”.
Los objetos, en otros relatos, se develan extraños; parecen humanizarse y cobrar un efecto distinto, más allá de la mera función. Un efecto de tensión. En “Cuatro tapas y manijas amarillas”, un plomero le hace preguntas al bombeador; las partes de su cuerpo se pierden en la caja y parecen convertirse en herramientas; las llaves térmicas hablan, y es probable que la cerradura de la puerta conspire contra el dueño de casa. En otros cuentos, son las personas las que se extrañan ante la mirada del otro, como un murmullo que amenaza con convertirse en grito: Maxi, un amigo al que Rolfi no ve hace un año y con quien se reencuentra en un bar de Paraguay y Scalabrini Ortiz, en “Reencuentro”, ¿es realmente Maxi?; una mujer que nada en el andarivel vecino al del narrador, en “ Un destello de oro blanco”, ¿qué tipo de mujer es?: “Podía ser ese prodigio de nadar a la velocidad de la luz – porque ese destello de oro blanco, qué había sido-: trescientos mil kilómetros por segundo sin manoplas ni patas de rana, ¿podía, de alguna manera razonable, ser así? Lo que acababa de ver. Que creía haber visto porque abajo del agua el mundo es otro, ¿podía ser? Esa cola de pescado que se unía a la malla entera azul que había visto pasar como un relámpago”.
Es así como nos impactan los doce cuentos que conforman Bengalas: como un relámpago. Y en ese microsegundo en que la realidad parece a punto de descomponerse, no sabemos si esto va a suceder en realidad o vamos a seguir esperando. Nos quedamos, entonces, en vilo; en el secreto. Tal vez sea éste el hilo conductor que atraviesa el libro entero: las diferentes formas del secreto, lo que se oculta, lo que se mantiene flotando a un costado. Por ejemplo, el contenido del bolso del padre, viajante de comercio, en “Vía Láctea” (mi cuento preferido, ¿tendrá que ver la extensión?: un cuento de iniciación narrado por la voz de ese hijo que revive un viaje a Mercedes, como un modo de reconstruir el pasado y, así, construir la imagen de Padre); decía, ese bolso es un elemento misterioso, que nos incomoda, que guarda un secreto de años, un secreto que orbita alrededor de la historia familiar: “Agachado al lado del bolso volvieron mil preguntas. Y en realidad, no. La misma pregunta. La única. Formulada mil veces mil veces sin respuesta. Qué llevaría adentro para que pesara tanto. A medida que fui abriendo el cierre, fue abriéndose, despacio, el recuerdo del último viaje”. Nuevamente los objetos que se abren, siempre al borde del estallido: como las bengalas del último cuento, las bengalas en un ambiente cerrado, en manos de una nena cuyo padre, un padre cansado o resignado o a punto de liberarse, sabe peligrosas. Y que, a pesar de esto, no actúa, no dice nada, no se mueve.
Después de reseñar Bengalas, el cuarto libro de cuentos de Enrique Decarli; después de haberme atrevido a disecar lo poderosamente breve, me siento una criminal. Porque ahora es cuando me pregunto: ¿de qué sirve dar cuenta de esos mecanismos invisibles, sutiles, que a modo de engranaje sostienen una trama impregnada de elipsis, silencios; atravesada por el misterio y la extrañeza? Quizás deba quedarme al borde de esos doce estallidos; parada en el intersticio entre dos ¿o más? dimensiones. Muda. En vilo. Mientras tanto, “afuera crecen los estruendos”.
Bengalas (2014)
Autor: Enrique Decarli
Editorial: Paisanita Editora
Género: cuentos

martes, 25 de agosto de 2015

Olfa Mag

Luciana Cáncer reseña LA SERIE NEGRA de Washington Cucurto.
Gracias Olfa Mag!

Le copiamos la nota completa, que también pueden leer visitando esta flamante revista:
http://www.olfamag.com.ar/washington-cucurto-la-serie-negra-paisanita-editora-2015/

WASHINGTON CUCURTO – “LA SERIE NEGRA” / PAISANITA EDITORA – 2015

14 AGOSTO, 2015
LaSerieNegra TAPA

La serie negra de Cucurto es un volumen de cuatro relatos imposibles. Poderosa ciencia ficción policial, prosa recargada de sexo, verborragia animal, ironía y esperanza en historias que hablan, siempre, de literatura, de política, y de alguna forma de amor.
La serie negra propiamente dicha es la historia de un futuro, tal vez una realidad paralela, que pinta a una Argentina superpoblada de editoriales independientes. “Economías alternativas y asociativas” brotan a la primera de cambio, con lo poco que sobra para montar un negocio propio, y estructuran la vida individual y social: ¡Argentina es un país con más libros que lectores! Florecen oficios por doquier: imprenteros, encuadernadores, diseñadores o ilustradores. El tiempo, todo, se emplea en consumir libros. Ya no queda tiempo para escribir. Como sucede en todos los mundos, este mundo increíble tiene un mega villano que desea apoderarse de él a través del robo espectacular de la fórmula del último boom: el precioso y original libro cartonero.
Prisioneras de Dios es la historia de un amor inter-especie (hombre versus mujer iguana), que nace en la lectura de un libro de poesía. O tal vez ese sea el punto de partida para contar otra cosa: una aventura mística y sobrenatural que transcurre en una Buenos Aires llovida por virus espaciales, mutadores, despertadores de enfermedades nuevas. En este contexto, Cucurto planta protagonistas con nombres de historieta que corren una carrera llena de obstáculos para salvar a la ciudad. O, al menos, para salvarse. Hasta la batalla final en un Parque Lezama decorado con montañas de cocaína espumosa y blanca.
Bukowski no es solamente un homenaje al querido escritor. Es un recorrido por un mundo donde la Coca-Cola corre peligro de extinguirse. Pero no es esa la parte delirante de la historia. La historia toda es un delirio lúcido y atrapante con base en una fábrica subterránea en la ciudad de La Paz: una sociedad de hombres, mujeres y niños que no conocen otra forma de vida que no sea producir el brebaje adictivo y marrón; además de reproducirse ferozmente, incestuosamente. Bolivia tiene el poder de continuar o de terminar con el imperio Coca-Cola, dirigido por un argentino ciego de poder, con inquietudes artísticas, que obliga a sus empleados a producir sin parar y a leer a Bukowski.
Evita traicionera vuelve al policial cartonero contado a dos voces. Contrabando de armas camufladas en una librería del barrio del Abasto, revolución cartonera y secuestradores exprés que se enfrentan en un tiroteo y explotan masa encefálica, piernas y brazos, a una cuadra de Plaza de Mayo.
La lectura de este libro se convierte en un acto de voracidad. Imparable como su prosa que no para de crear ilusiones imposibles pero palpables. Ciencia ficción lunfarda que arrasa.

lunes, 24 de agosto de 2015

escrituras.indie

Cristian Franco reseña BENGALAS de Enrique Decarli.
Muchas gracias escrituras indie!

Les dejamos el link:
http://escriturasindie.blogspot.com.ar/2015/07/bengalas-de-enrique-decarli.html

Y también pueden leer la nota a continuación:

por Cristian Franco

Para arrancar hay que elegir. Y elegir es descartar. Esquivemos una primera tentación, un camino que conocemos: lo fantástico. Claro que en los cuentos de Bengalas (Paisanita Editora, 2014) lo fantástico aromatiza y eriza muchas de sus páginas. Pero hay otro rumbo. Podemos arriesgar otro posible hilo conductor en Bengalas, rastrear un componente ínfimo, casi trivial, que le da una coherencia —velada, evasiva, fantasmal coherencia— a este libro: el secreto. Eso: el secreto, los secretos. Porque para crear ficciones que se mueven entre la ternura y la desesperación, Enrique Decarli explota y explora con destreza las sugestivas posibilidades narrativas que ofrecen las formas del secreto.



Un secreto se guarda. Se comparte o se revela. Se descubre, se intuye. En “Los Despojados”, un abogado descubre de casualidad, en una estación de subte, un secreto oculto a la vista de todo el mundo. Más: lo que encuentra es una insospechada sociedad secreta de mujeres y hombres que inventaron una manera extraña de ser dueños de la noche. Amos y servidores al unísono, para conservar su secreto, su privilegio, su reino, pagan, sí, esos hombres y esas mujeres que son más y menos que mujeres y hombres, pagan, tal vez, un precio demasiado alto.



Están ahí, flotando desde siempre entre los dos, presentes pero invisibles, signos equívocos, pequeñas señales, pedacitos de un rompecabezas que le permiten al narrador de “Algo más que instantes o tropiezos” casi rozar el secreto de su amigo Rafa. Persona rara, desajustada, que “no aprendió a vivir”, que “no se amolda”, el Rafa es uno de esos tipos que simplemente no encajan en el mundo: un extranjero varado en un terreno baldío colonizado por cañas y  hormigas. ¿A dónde va el Rafa? ¿De dónde viene? Acaso el suyo es uno de esos secretos que ni siquiera la amistad pueda desenterrar.



Guardar un secreto durante años. Hacer de ese secreto el centro de una vida. Un resplandor inconfesable. En “Vía Láctea” el hijo de un viajante de comercio hace memoria y revive ese viaje en el que estuvo muy cerca de entender quién era realmente su padre. Recordando los hechos que se sucedieron en una parada imprevista —pueblito miserable, habitación en casa de familia— de a poco el narrador va a ir atando todos esos cabos que le fueron quedando sueltos en otros viajes, otros pueblos, otros hotelitos. Como siempre —grata costumbre— Decarli maneja la elipsis y las medias palabras para envolvernos en un relato donde, entre la bruma de la ternura y la inexperiencia, un adolescente empieza a completar el dibujo de esa máscara inaccesible y áspera que solemos llamar Padre.



Contado en primera persona (como la casi totalidad de los cuentos de Bengalas), el secreto de “Reencuentro” es la efectividad de su retorcida sencillez. La trama es bien simple: recién llegado después de un año en España, Rolfi arregla para encontrarse con su amigo Maxi a tomar unas cervezas. Rearma las calles que le había borroneado la ausencia, llega al bar de siempre —Paraguay y Scalabrini Ortiz— y se encuentra con Maxi. Pero con un Maxi distinto. Otro Maxi. Rolfi se divierte buscando coincidencias entre este Maxi extraño (tenue, tosco impostor) y su amigo (el verdadero y querido Maxi), pero por debajo del socarrón relato de Rolfi, entre sus palabras, un murmullo, un tenue extrañamiento va a crecer como un veneno. Y en el desenlace, como una garra, va a aparecer una desesperación aterradora.



La maravilla de los cuentos de Enrique Decarli proviene de su intensa mesura: sabe dosificar la narración y hacerla fluir, envuelve o hipnotiza, seduce o espanta, pero siempre tiene muy claro cuál es el centro en que se concentra la devastación. En dos, tres páginas explora los efectos del secreto, de ese mecanismo invisible, ese engranaje mudo que sostiene —siempre al borde de la disolución o la niebla— una trama hecha de silencio.

sábado, 1 de agosto de 2015

Olfa Mag

CHARLAMOS CON ANITA CATANIA PARA OLFA MAG, MÁS ABAJO UN RESUMEN DE LA NOTA, Y ACÁ, EL LINK PARA LEER LA NOTA COMPLETA:

http://www.olfamag.com.ar/un-libro-una-experiencia/

UN LIBRO, UNA EXPERIENCIA

31 JULIO, 2015
La idea de tener un proyecto propio es atractiva pero no siempre es factible llevarla a cabo. Se hace difícil bajar ese sueño a la realidad y sostenerlo a lo largo del tiempo. Sin embargo, entrevistamos a cinco editoriales independientes que sí pudieron concretar ese deseo: ExcursionesNulú BonsaiPaisanitaTriana y Clase Turista. En sus catálogos podemos encontrar ensayo latinoamericano contemporáneo, poesía, narrativa y literatura de género. Pero, lo que realmente las une es algo más profundo y esencial. Todas son editoriales autogestionadas que funcionan de manera independiente y ofrecen una nueva y diferente propuesta de lectura.
Declaran publicar libros y textos “que les resultan estimulantes” y “que ellos estaban buscando”. También priorizan reivindicar al nuevo autor, aquel que realiza “un manejo vivo de su obra”.

01_¿Cómo y cuándo surge la editorial? / 02_¿Cómo presentarían su catálogo? / 03_¿Cuál es el criterio de selección de autores/textos? / 04_¿Qué desafíos se les presentan como editorial independiente? / 05_¿Cuál fue el último lanzamiento y qué nos podrían contar al respecto?

PAISANITA
Paisanita
01_No recuerdo bien cómo y cuándo surgió la editorial. O tal vez sea que uno va cambiando y habría que ver las razones por las que se persiste, y reconocer que la mayoría de las cosas sucedieron como por casualidad. La oportunidad de difundir obras valiosas. El trabajo conjunto con los geniales editores que integran La Coop. Experimentar esta forma de la vida donde, con un poco de dirección de mi parte (muy poca), todo se van dando. Estamos trabajando en libros que son lo mejor que nos puede pasar. Esta editorial es una declaración de amor.
02_El catálogo es uno de los grandes aciertos que ha concretado Paisanita Editora en su trabajo con obras de ficción, de autores contemporáneos, cautivantes y accesibles.
03_La selección de autores y textos es más bien intuitiva. En un momento podemos pedir textos a autores que conocemos, con los que compartimos lecturas; y en otro, aceptamos obras de autores que conocen el proyecto, nuestros libros, la forma en que se trabaja, y nos dicen que les gustaría publicar en Paisanita.
04_Nos gusta tomar cada libro como una experiencia.  No queremos editar un libro como de paso; editar es darse por entero.
05_La Serie Negra, de Washington Cucurto. Es un librazo, donde encontrarán dos novelas cortas y dos cuentos de este gran escritor. Nos dio la posibilidad de aprender sobre edición, y también sobre la vida. Cucu es una celebración de la libertad; cada vez que nos encontramos, se arma una especie de fiesta familiar y popular. Ojalá lo lean, y después se junten a cocinar, a leerse parrafitos y charlar. Tenemos pensado también, en el corto plazo, sacar la novela Otaku, de Paula Brecciaroli, y un libro de Alejandra Zina. 
Para conocerlos más: paisanitaeditora.blogspot.com.ar
Ilustraciones por Florencia Huerga
Redacción por Ana Catania


miércoles, 29 de julio de 2015

1° Concurso de Narrativa "Bernardo Kordon" 2015


Paisanita Editora y Editorial Conejos convocan al
1° CONCURSO DE NARRATIVA “BERNARDO KORDON” 2015

BASES

1) Podrán participar escritores argentinos y extranjeros que residan en el territorio argentino. Las obras deberán ser originales e inéditas y  no deben estar pendientes de fallo en ningún otro concurso, ni comprometida su publicación con otras editoriales. El tema será libre y los autores se presentarán con seudónimo. Pueden optar por concursar con un libro de cuentos o con una novela.
Las dos obras que resulten ganadoras serán publicadas por las editoriales convocantes del concurso. En ambos casos, se firmará un contrato de edición y los autores cobrarán sus regalías correspondientes, en los plazos establecidos usualmente.

2) Los trabajos deberán estar escritos en idioma español, en papel tamaño A4, letra Arial, tamaño 12, a doble espacio, de un solo lado de la hoja y con una extensión máxima de 100 (cien) páginas. Cada autor podrá concursar con una sola obra.
Los ejemplares se presentarán prolijamente anillados y llevarán en su tapa: Título de la obra y seudónimo del autor. Los datos completos del autor (nombre, nacionalidad, documento de identidad, domicilio, C.P., teléfono y mail) serán entregados en un sobre cerrado en cuyo frente se escribirán los mismos datos que figuran en el anillado presentado. Es decir: título de la obra y seudónimo. Las editoriales convocantes estiman conveniente que los postulantes al presente concurso inscriban la obra a concursar en la Dirección Nacional del Derecho de Autor.


3) Las obras se presentarán personalmente o por correo en la Librería AQUILEA, ubicada en Av. Corrientes N° 2008, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desde el 1° de septiembre de 2015 hasta 1° de noviembre de 2015, inclusive, de lunes a viernes en el horario de 11 a 20 hs, y sábados de 
11 a 14 y de 16 a 20.


4) Se otorgarán dos premios de la misma jerarquía. El premio consiste en la edición de las obras, en el transcurso del año 2016. Uno de los libros premiados se publicará por Paisanita Editora y el otro por Editorial Conejos.

5) El jurado estará compuesto por los editores de Paisanita Editora y Editorial Conejos. Su fallo será inapelable. El concurso podrá declararse desierto.

6) La participación en esta convocatoria implica la aceptación de sus bases y del fallo del Jurado. No se devolverán los originales recibidos. Paisanita Editora y Editorial Conejos se reservan el derecho de hacer ofertas de edición a algunas de las obras que no hayan sido premiadas.


martes, 21 de julio de 2015

Radio Sur FM 88.3

Nuestra querida e inigualable Macarena Moraña reseña BENGALAS de Enrique Decarli.

Pueden escuchar el audio en el siguiente link:
http://www.radiosur.org.ar/index.php?id=5367

¡Que lo disfruten!




sábado, 11 de julio de 2015

ANCCOM Agencia de noticias Ciencias de la Comunicación UBA

Salió la nota sobre editoriales de Martín Satelier para ANCCOM

http://anccom.sociales.uba.ar/2015/07/08/edita-tu-propia-aventura/#.VaAN4vmqqko

Acá el texto de la nota:

Edita tu propia aventura

Al margen de los grandes circuitos de distribución, los sellos alternativos se las rebuscan para sobrevivir a base de ingenio, pasión por la lectura y catálogos atractivos.


 

Escrito por Martín Satelier // Fotos de: Noelia Pirsic

Celebrar la literatura es una tarea que trasciende los estantes de las librerías o cada estand de la Feria del Libro. Sucede todo el año, con un impulso constante y la mayor parte de las veces con pequeños -pero no menores- logros. Desde hace algunos años, de a poco y sin pausa, crece la oferta de libros de editoriales pequeñas y autogestivas, que generan un flujo constante de nueva narrativa, poesía, ensayos y textos académicos, entre otros. Los casos de Paisanita Editora, Alto Pogo y Ediciones La Parte Maldita reflejan, dentro de ese arco, el trabajo y la búsqueda de estos sellos para darle una identidad a sus catálogos.

Paisanita Editora comenzó con poemas y relatos breves editados en plaquetas, un soporte muy económico, con una encuadernación casera y acompañado por ilustraciones. Circula en algunas pocas ferias independientes y librerías. El sello, que hoy cuenta ya con tres volúmenes en formato libro (de los escritores Ariel Bermani,  Enrique Decarli y Washington Cucurto), amplió su propuesta gracias a un crédito para sellos editoriales independientes. “Las grandes editoriales necesitan a ciertos escritores para prestigiar un catálogo que tiende, más bien, a la venta masiva; en cambio, las editoriales más chicas  buscan obras para construir un catálogo de calidad sin otra finalidad. Tal vez su mayor interés sea que el libro salga lo mejor posible y celebrar ese acontecimiento”, sostiene su directora y también escritora Gabriela Luzzi. Paisanita Editora se propone dar a conocer autores inéditos o hallar obras de autores reconocidos que no hayan sido publicadas, siempre respetando un umbral que combine la calidad literaria con la lectura sencilla: “Quiero publicar los mejores libros que encuentre y si es posible de autores nóveles o marginales mejor”, afirma Luzzi.



Marcos Almada es escritor y un apasionado de la lectura. “Llegó un momento en que nos encontramos leyendo a nosotros mismos. Nos moviliza el deseo de leer”, relata Almada. Su sello Alto Pogo, que en dos años ya cuenta con nueve libros, está formado por dos palabras que vienen de distintos lugares. La mezcla sugiere intensidad, contacto y se traduce en el concepto que guía el sello. Almada señala que el propósito es “mezclar los géneros, los estilos, las generaciones, y no circunscribirse a la idea de nuevos escritores”. Un dato curioso es que parte del catálogo pertenece a escritores poco conocidos, e incluso algunos de ellos no encajan dentro de la figura de escritor profesional: un carpintero, una bióloga, entre otros. El arte de tapa de los libros llama la atención. Almada se confiesa: “Muchas veces elijo un libro por el arte de tapa”. Alto Pogo sugiere un primer guiño a los lectores a través de las tapas, las graba en su memoria. Y los diseños de Paul Meketa, como el collage del popular Merca, de Loyds, hacen lo suyo.

Santiago Kahn es uno de los directores de Ediciones La Parte Maldita, creada en 2010. El nombre es una referencia ineludible con la obra de George Bataille. Se debe en parte a su tránsito por la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, donde leyó a aquél autor alguna vez. “Todo libro es también la suma de los malentendidos a los que dio lugar”, dice la cita de Bataille muy claramente destacada en la web de la editorial. Ediciones La Parte Maldita propone un reencuentro de las nuevas generaciones con el libro, no como objeto en sí sino como instancia de lectura; de hecho, todos los libros del catálogo están en versión digital para descarga gratuita. “El libro en papel tiene costos de impresión, pero la lectura debe ser libre”, afirma Kahn.

Luego de madurar cinco años en el trabajo y los yeites editoriales, Ediciones La Parte Maldita hoy busca que su catálogo sea una mirada sobre la narrativa y la poesía, entre otros géneros, pero siempre buscando socios y cómplices de otro lado. “No nos arrogamos ser la posta en cada tema”, reflexiona Kahn. El arco de edición va desde revistas culturales, contenidos académicos hasta nueva narrativa. Allí se destacan temáticas tan variadas como el aborto, la militancia en la década del ´70 o la reciente colección de literatura infantil El Salmón Sabio. “Tratamos de que cada libro tenga una mirada sobre su tiempo”.




Los grandes grupos editoriales son los que poseen los mecanismos de distribución de mayor llegada. Como en tantos otros proyectos culturales autogestivos, la competencia con aquéllos lleva a mancomunar los esfuerzos para hacer contrapeso. Alto Pogo y Paisanita Editora forman parte de La Coop, una iniciativa de distribución que agrupa varios sellos pequeños. La Coop no refleja tanto un negocio, sino más bien una suerte de “activismo literario que celebre la nueva literatura”, señala Luzzi. “Hay que capitalizar esto que somos. Más que hacer prensa o publicidad, ir al lector y hacer presentaciones”, refiere Almada. Por otro lado, Ediciones La Parte Maldita participa de espacios como NHA (Nueva Historieta Argentina) y de AReCIA (Asociación de Revistas Culturales Independientes), con su revista cultural Maten al mensajero, que son otras ejemplos de trabajo colaborativo. “No sirve trabajar de una manera endogámica”, sentencia Almada.

Buena parte del peso de la producción literaria se sostiene por la actividad de una gran cantidad de sellos editoriales pequeños, de donde surgen nuevos autores, como una suerte de laboratorio. “Los grandes editoriales necesitan que haya un lado B para que la literatura siga viva”, afirma Luzzi. La idea es válida, sin embargo Kahn refiere que las grandes editoriales tienen mucho margen de error y, en cambio, la dinámica de los sellos chicos, ya sea en cuanto a qué editar y cuántos ejemplares, no permite esa posibilidad. Por su lado, Almada señala que el trabajo de la edición en pequeños sellos goza de otra dinámica: “Tenemos más tiempo, no nos apura nadie. Hay un poder de trabajo bastante importante.”

Para un escritor publicar en estos sellos o editoriales pequeñas puede ser la antesala del éxito. O no. Lo cierto es que la variedad de propuestas e identidades se reflejan en catálogos más o menos acabados (como si pudiera cerrarse un catálogo alguna vez). “El fenómeno de las editoriales independientes o autogestivas de los últimos cinco o diez años, y su impacto, todavía no se pueden medir”, reflexiona Kahn.



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martes, 26 de mayo de 2015

3 LA SERIE NEGRA / Washington Cucurto






Los cuatro textos que componen este libro confirman, una vez más, que Washington Cucurto es uno de los autores más originales e inclasificables de la literatura latinoamericana actual. Dos novelas cortas –“La serie negra” y “Bukowski”- y dos cuentos –“Prisioneras de Dios” y “Evita traicionera”- le dan a este libro un tono distinto a los otros libros de Cucurto, pero también, al mismo tiempo, le dan un tono similar. Esta vez, Cucurto sube la apuesta y el desafío parece más desmesurado que nunca: sus personajes se enfrentan con Dios; resucitan a Charles Bukowski; pelean bajo las órdenes del fantasma de Eva Perón; destruyen el planeta.
Así como Alberto Laiseca -otro escritor inclasificable-, creó su propio género, el realismo delirante de aventuras, Cucurto, fundador del realismo atolondrado, vuelve a cautivarnos con la vastedad y la riqueza de su lenguaje y con las interminables aventuras de sus personajes.
El amor, el sexo, la búsqueda de la felicidad, la búsqueda de la justicia, la vida en los suburbios, el exilio: tópicos de este gran escritor argentino que, al margen de las modas literarias, fue construyendo, lentamente y sin pausa, una obra que parece no agotarse nunca,  siempre dispuesta a sorprender y a divertir.

domingo, 26 de abril de 2015

La Balandra

En la sección Editores de La Balandra N° 10, una nota sobre Paisanita y otras editoriales. Acá un adelanto de la versión en papel.
http://la-balandra.com.ar/balandra-10-editores-las-independientes/


Editores: Las independientes

Contra cualquier pronóstico fatalista, el último año ha visto nacer varias editoriales independientes que entraron en el mercado con paso firme y han logrado prestigio y circulación. Desde La balandra invitamos a once sellos, algunos novísimos, otros ya con trayectoria, para que nos cuenten cómo surge esa idea, para muchos disparatada: dedicarse a editar libros. Cuál es su apuesta y qué los diferencia de lo ya existente.
Luego de la crisis económica de 2001 empezaron a surgir muchos sellos denominados “independientes”, es decir, editoriales pequeñas que no formaban parte ni eran sostenidas por los grandes grupos económicos. Algunas de ellas funcionaban como cooperativas de amigos que se unían para editar o editarse sin depender de las elecciones de los sellos poderosos, otras eran verdaderas apuestas a un mercado marginal y de calidad, proyectos de toda clase salieron a la luz. La aparente paradoja de primavera cultural en plena debacle financiera tenía una explicación no sólo sociológica o psicológica, sino originada en la frialdad de los números: al salir de la convertibilidad se dejaba de recibir el flujo de libros importados que sostenía el mercado local, abriéndolo a otras posibilidades. Muchos de esos osados sellos son hoy editoriales que, sin haber perdido la labor artesanal frente a cada libro, se han posicionado al punto de compartir mesas de venta con los grandes grupos internacionales, por lo menos ante el lector curioso y despierto que los ve como puntos de referencia insoslayables, ya sea que busque literatura argentina o internacional.
A pesar de las diferencias entre aquel momento histórico y el presente, en el último tiempo se ha visto un resurgir de pequeñas editoriales con apuestas fuertes y catálogos definidos. En un mercado que parece saturado de novedades y que se encuentra, al decir de muchos, carente de lectores, ¿qué impulsa a abrir una nueva editorial? Libreros con décadas detrás del mostrador, editores con años de oficio, escritores con trayectoria: los que están al frente de estos emprendimientos no pueden ser considerados idealistas que se adentran ingenuamente en un terreno hostil que desconocen. Para honrar su labor y dedicación, pero también con genuina curiosidad, La balandra invitó a once sellos, desde los que están dando sus primeros pasos hasta los que ya llevan tiempo en la tarea y han alcanzado reconocimiento, para que nos cuenten su experiencia: cómo nació la decisión de abrir su propio espacio, cómo piensan su catálogo y qué se ha modificado con el tiempo. Un pequeño mapa, entonces, para ver más allá de los pronósticos oscuros sobre el mundo editorial y escuchar a aquellos que apuestan, día a día, a ampliar la oferta literaria.

“Paradiso surge como una necesidad de hacer visible la producción nacional en ensayo y literatura. Nos propusimos editar obras que asumieran un riesgo estético, que exigieran un compromiso de parte del lector. Publicamos autores que desde la perspectiva económica no resultaban atractivos para las grandes editoriales.”

PARADISO, Adriana Yoel y Américo Cristófalo

“Nos gusta la diversidad, lo heterogéneo, el menjunje, el amontonamiento. Y nos gusta la relación que se crea con ese otro que escribe y que lee, como nosotros mismos. Un libro es una comunión y una sociedad.”

ALTO POGO, Marcos Almada

“Hay pocas situaciones tan desagradables a las que debe someterse un escritor, como la de llevarle su original a un editor y que éste mire nuestra obra, como si fuera un objeto de identidad sospechosa. En cada regreso de una de estas ‘excursiones de riesgo’, el pensamiento, el deseo, es inevitable: debería tener mi propia editorial.”

SOPA DE LETRAS, María Cecilia Quiroga y Mabel Pagano

“Un librero es una especie de barman de la literatura, alguien con quien conversar de cierto modo. Sobre todo en librerías favoritas, a las que volvés. Entonces, Notanpüan es una editorial que viene desde otro lugar, desde ese lugar de libreros, buscando esos otros tipos de conversaciones para entablar con los lectores.”

NOTANPÜAN, Francisco Cascallares y Fernando Pérez Morales

“La colección Narrativa es jazzística. El jazz es abarcativo, inclusivo, permeable, abreva en otros ritmos, los incorpora y los trasciende, el jazz es música viva. La idea de la colección Narrativa es esa: publicar literatura viva.”

WU WEI, Luis Mazzarello

“Celebrábamos el crecimiento de circuitos literarios por fuera de los tradicionales y que rompieran la centralidad: Córdoba, Bahía Blanca, Rosario. La Plata, una ciudad donde se vive la cultura, con grandes escritores y poetas, estaba lejos de generar una propuesta, un circuito.”

CLUB HEM, Francisco Magallanes

“Como editores, nos importa mucho que nuestro catálogo tenga un margen para la libertad y la sorpresa. Por eso, a priori no tendremos preferencia particular de género, país, época, tradición o estética.”

PAPRIKA, Claudia Arce, Andrés Baláustegui y Maxi Papandrea

“Quizá, más adelante, se imponga definir tendencias o inaugurar colecciones o limitar géneros. Ahora apostamos a las obras que, a nuestro criterio, reflejan un trabajo literario que merece ser leído.”

LA LETRA EME, Laura Massolo

“No arrancamos con la idea de diferenciarnos de nadie, sino con el compromiso de trabajar con seriedad y con la intención de que nuestros libros pudieran transmitir ese goce específico que producen las buenas ediciones e intervenir en la cultura de nuestro tiempo estimulando el pensamiento crítico.”

FIORDO, Julia Ariza y Salvador Cristófaro

“En el catálogo hay una línea que busca recuperar textos descarriados dentro de la obra de un escritor conocido, como poemas de narradores, o cuentos escritos con una estética diferente. Y otra línea, de autores de trayectoria o que recién empiezan.”

PAISANITA EDITORA, Gabriela Luzzi

“Nuestra apuesta, desde el principio, fue ofrecer un catálogo cuidado y serio, que esté a la altura de la madurez de las obras por las que nos jugamos. En ese sentido, la literatura siempre fue nuestro punto de partida, pero también hemos trabajado fuerte en el modo en cómo queremos que las obras lleguen a los lectores.”

NUDISTA, Martín Maigua

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Se puede acceder a la nota completa en el Número 10 de La balandra digital, o en en la versión en papel, para lo cual hay que suscribirse.